La impresora de comida

Para tener comida instantánea simplemente tenemos que abrir una receta, después, si queremos, modificar el sabor, textura y otras características, a continuación decirle el número de copias y finalmente pulsar en imprimir. Entonces los inyectores de comida de la impresora se ponen a trabajar. Dentro de éstos hay lo que llaman tinta de alimentos, que puede ser chocolate, masa para galletas o pasteles, queso y cualquier otra cosa que pueda salir por una jeringuilla. La idea es que nosotros mismos podamos hacer la "tinta". Sin embargo, ahora están experimentando con hidrocoloides, para espesar alimentos líquidos y conseguir una amplía gama de ingredientes básicos que permitan imprimir casi cualquier cosa.

El diseño 3D de la comida se realiza mediante una herramienta CAD (herramienta de diseño asistido por computador), con lo que se podrían llegar a conseguir diseños mucho más sugerentes que con la cocina tradicional.

Además, este avance podría cambiar radicalmente el modelo de negocio de los fabricantes y distribuidores de comida. Cuando vieran que los clientes comparten sus recetas por Internet y las imprimen en sus casas en lugar de ir a comprar los productos a los supermercados, empezarían a realizar campañas de difamación contra este tipo de comidas. Dirían que compartir recetas es piratería ilegal, propondrían un canon en concepto de derechos de autor de recetas y ni se les ocurriría intentar vender sus recetas on-line porque Internet para ellos sería el enemigo.

En definitiva, cuando salgan al mercado estas impresoras y conforme en un futuro aparezcan otras que puedan imprimir cualquier cosa, convirtiendo los bienes materiales en información. Se repetirá, una y otra vez, la misma lamentable historia que con los discos de música, las películas, los libros, etc. Y es que el ser humano es el único animal que tropieza mil veces con la misma piedra.