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¿Cómo funcionan las interfaces que leen la mente?
- Funcionamiento del hardware:
Para leer las señales del cerebro el hardware que se utiliza suele ser un casco lleno de electrodos, y la razón es porque las neuronas del cerebro funcionan mediante señales eléctricas. Estas señales eléctricas variables generan campos magnéticos, también variables, que a su vez pueden generar señales eléctricas en conductores cercanos a estos campos magnéticos (los electrodos del casco). Las señales eléctricas llegan al ordenador y, a partir de éstas, el software trata de adivinar qué es lo que hemos pensado.
Esta especie de electroencefalograma no es la mejor técnica para obtener información de la actividad cerebral. Con una resonancia magnética se pueden obtener imágenes que permitirían adivinar mucho mejor lo que está pensando la persona. De hecho, un grupo de investigadores japoneses, liderado por Yukiyasu Kamitani, realizaron un software, que permitía generar en el ordenador las imágenes en las que pensaba una persona (la persona miraba una imagen pequeña y en blanco y negro). El problema es que no es tecnológicamente viable de momento hacer un casco que haga resonancias magnéticas.
Por otro lado, también es bastante más efectiva la técnica de colocar los sensores directamente sobre el cerebro o en el interior del mismo, pero las técnicas invasivas tampoco son cómodas.
- Funcionamiento del software:
El software se implementa haciendo primero un tratamiento digital de la señal donde nos quedamos con las partes importantes de ésta. Después se pasa por un reconocedor de patrones, que es un tipo de programa de inteligencia artificial capaz de aprender a identificar las características que definen algo y clasificarlo. En este caso lo que hace es aprender a clasificar señales en pensamientos concretos.
Normalmente se escoge un número de pensamientos muy limitado, como arriba, abajo, izquierda y derecha. De esa manera, el software, al tener menos opciones en las que clasificar una señal, podrá equivocarse menos.
Para que el software aprenda, primero se le enseña algunas señales y se le dice a qué pensamiento corresponde. Para ello, el usuario tiene que concentrarse muy bien en ese pensamiento. De esta manera, el algoritmo ajusta la forma en la que tiene que clasificar cada señal en un pensamiento concreto. Después se prueba el sistema con señales nuevas y se hace un recuento de las veces que falla para obtener una tasa de error del sistema que permita decidir si la técnica de clasificación usada es efectiva o no.
Cuando por fin sepamos cómo interpretar las señales del cerebro, el siguiente paso será generarlas para crear pensamientos y realidades alternativas, como ya se ha conseguido con dispositivos como el ojo de Dobelle.