Redes WiFi ¿son malas para la salud? (I)

En esta primera parte voy a hablar de una propiedad interesante de las ondas electromagnéticas de las redes WiFi. Las ondas electromagnéticas de las redes wifi y las microondas, son lo mismo, oscilan a la misma frecuencia (2.4 GHz). La propiedad especial de este tipo de ondas es que oscilan a la frecuencia fundamental del agua, lo que quiere decir que al encontrarse una microonda con una molécula de agua, puede hacerla oscilar a su misma frecuencia. La fricción producida entre moléculas, por este movimiento, es lo que genera el calor en los hornos microondas.

Las ondas WiFi no producen quemaduras ni calor porque su potencia de salida, que se mide en vatios, es mucho menor que en un horno microondas. En concreto, un horno microondas tiene alrededor de 800 W y una WiFi 50 mW, lo que implica que la onda, en las redes WiFi, tiene una capacidad mucho menor de penetración en el cuerpo y genera mucho menos calor.

El ser humano, al estar compuesto de un 80% de agua, absorbe muy bien la señal WiFi, por eso es normal que se corte la conexión en sitios dónde hay una alta aglomeración de personas. De hecho, en la Universidad de Utah han aprovechado este fenómeno para desarrollar una tecnología para ver personas a través de las paredes utilizando la señal WiFi y varios receptores.

Las moléculas de agua oscilan con las microondas porque son moléculas polares, tienen polaridad positiva y negativa, al igual que los imanes. Esto es debido a que la molécula de agua es asimétrica (dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno) lo que provoca una diferencia de potencial ya que hay más electrones en el lado de los átomos de hidrógeno. Las moléculas del agua son inorgánicas, pero en nuestra piel existen otras de tipo orgánico que además son polares y pueden moverse al interaccionar con las microondas wifi, por ejemplo, las grasas. No se conoce el efecto que puede producir esta interacción sobre la piel, aunque de producir alguno, sería superficial debido a la potencia de la onda.

Para notar algún efecto sobre la piel necesitaríamos estar durante un buen rato delante de varias antenas de alta potencia y direccionales, que apunten directamente hacia nosotros (este tipo de puntos de acceso WiFi llegan hasta los 2000 mW saltándose los estándares de seguridad). Pero esta es un forma poco efectiva de fabricar un rayo de la muerte.